Cáncer de mama: Te contamos lo que necesitas saber
Ante el diagnóstico de un cáncer de mama es probable que te surjan mil dudas. Aparecen los miedos, la incertidumbre, el no saber a qué te vas a enfrentar, las consecuencias del tratamiento… Lo primero que debes hacer es consultar con tu médico, ya que hoy en día existen muchas técnicas y tratamientos que permiten la detección y el abordaje precoz de este tipo de cáncer, y que contribuyen a elevar el nivel de supervivencia.
Con este post queremos ofrecerte información para que conozcas todo aquello que necesitas saber sobre cómo detectar y tratar el cáncer de mama, uno de los más frecuentes en la mujer, y para que afrontes el proceso con mayor tranquilidad.
¿Por qué y cómo aparece el cáncer de mama?
Las mamas están compuestas por tejido graso, tejido conjuntivo y tejido glandular, este último dividido en lóbulos, desde donde se extienden los conductos de leche hasta el pezón.
Hablamos de cáncer de mama cuando se produce la presencia de un tumor maligno (un crecimiento anormal de las células y a una rápida reproducción de las mismas) en los tejidos de la glándula mamaria.
¿Qué síntomas produce el cáncer de mama?
La mayoría de los cánceres de mama no presentan síntomas visibles y son detectados en las revisiones ginecológicas anuales. Si se encuentran en fases iniciales, pueden ser tratados con éxito e incluso erradicados. Por ello es tan importante acudir a las revisiones ginecológicas anuales para realizar un diagnóstico precoz.
En algunos casos, este tipo de cáncer puede dar algún tipo de sintomatología, tal como:
- Aparición de un bulto en la mama o en la axila
- Mamas hinchadas (una o ambas)
- Irritación o formación de bultos en la piel
- Dolor
- Retracción del pezón
- Enrojecimiento y descamación
- Secreción anormal por el pezón
Aunque estos síntomas pueden ser el resultado de una infección o un quiste es importante acudir al especialista para que valore la necesidad de realizar pruebas ante la aparición de cualquiera de estos síntomas.
Tipos de cáncer de mama
Existen diversas tipologías de cáncer de mama en función de su origen, de las células afectadas y de su localización. Te explicamos cuáles son los más habituales:
Cáncer de mama no invasivo o in situ
Las células cancerosas que componen el tumor permanecen dentro de la membrana basal del tejido mamario sin romperla, es decir, no se ha extendido más allá del tejido mamario donde se originó. También se denomina afección precancerosa. Los dos principales tipos son:
- Carcinoma ductal in situ (CDIS): Las células cancerosas se encuentran dentro de los conductos mamarios. El carcinoma ductal in situ no es potencialmente mortal, pero se considera un precursor del cáncer de mama invasivo y aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad más adelante.
- Carcinoma lobular in situ (CLIS): En este tipo de tumor las células cancerígenas se encuentran dentro de los lóbulos mamarios. El CLIS es una afección benigna de la mama y no es un cáncer de mama verdadero, pero aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer bilateral, aunque la mayoría de las mujeres con esta afección no desarrolla cáncer de la otra mama.
Cáncer de mama invasivo o filtrante
Las células tumorales rompen la membrana basal del tejido mamario, es decir, se ha extendido a los tejidos mamarios cercanos. Según la diseminación pueden ser iniciales si las células cancerosas se han diseminado al tejido mamario más cercano o localmente avanzado si el cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos de la axila y a otras áreas cercanas, como el tórax (incluyendo la piel, los músculos y los huesos del tórax). Los dos tipos de cáncer de mama invasivo más comunes son:
- Carcinoma ductal invasivo (CDI): Es el tipo más común de cáncer de mama. Comienza en los conductos lácteos, que transportan la leche desde los lobulillos al pezón.
- Carcinoma lobular invasivo (CLI): Es el segundo tipo más común de cáncer de mama. Comienza en las glándulas productoras de leche.
Cáncer de mama secundario, metastásico o avanzado
Las células cancerosas se extienden desde la mama a otras áreas del cuerpo, como los huesos, el hígado o los pulmones.
Tratamientos para el cáncer de mama
Hoy en día existen multitud de tratamientos contra el cáncer de mama, que se administran de forma combinada y personalizada, adaptada a la necesidad de cada paciente en función del subtipo de tumor y de la fase en la que se encuentre. Unos de los pilares del tratamiento global y especialmente del tratamiento conservador de mama es la radioterapia. Tras una cirugía conservadora, lo que llamamos ‘tumorectomía’, siempre se debe complementar con radioterapia de la mama. En el Centro 360 de Excelencia Oncológica GCCC disponemos de las técnicas y tratamientos más innovadores para dar respuesta a cada caso, tales como:
Radioterapia hipofraccionada: es un tratamiento de muy corta duración (de 5 a 15 días) en comparación con la radioterapia convencional que requiere de 25 a 30 días. Permite un mejor control de la enfermedad con mejores resultados estéticos.
Radioterapia guiada por superficie (SGRT): Es un sistema que permite el control del movimiento de la paciente, mediante una cámara 3D, para un correcto posicionamiento de la misma. Esto hace que sea una técnica altamente precisa en la destrucción las células cancerosas y, además, a diferencia de la radioterapia convencional, evita los tatuajes permanentes que se realizan para situar a la paciente gracias a la técnica tattooless.
Inspiración profunda mantenida (DIBH): Consiste en realizar una inspiración profunda y mantener la respiración durante 20 segundos, para permitir aumentar la distancia entre la zona de tratamiento y el corazón. Esta técnica permite reducir de forma considerable la dosis de radiación que recibe este órgano.