Cáncer de colon y recto: hábitos saludables y cribajes periódicos, los mejores aliados para su prevención y detección precoz.
Actualmente, el cáncer colorrectal es el tipo de tumor que se diagnostica con mayor frecuencia en España. Su principal factor de riesgo es la edad, con un aumento exponencial de su incidencia a partir de los 50 años, aunque los datos más recientes indican que cada vez con más frecuencia, los pacientes de cáncer de colon son más jóvenes.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que durante 2022 se detectarán más de 43.000 nuevos casos de cáncer de colon y recto en España y las estadísticas indican que 1 de cada 25 personas desarrollará cáncer de colon a lo largo de la vida.
¿Cómo puedo detectar si tengo cáncer de colon?
El cáncer colorrectal tiene un crecimiento lento y puede estar presente durante mucho tiempo sin dar ningún síntoma. Si se detecta y se trata en fases tempranas, cuando el tumor está localizado, su tasa de supervivencia se estima en un 91% a los 5 años, mientras que, en estadios más avanzados, cuando el tumor afecta tejidos u órganos adyacentes, o cuando ya afecta órganos a distancia (estadio IV) la supervivencia disminuye incluso con las mejores terapias hasta un 72% o a un 15% (respectivamente) a los 5 años.
Por ello, es esencial realizar pruebas masivas de detección precoz que detecten la presencia de sangre oculta en heces de forma periódica y prestar atención a posibles síntomas que puedan ser indicativos de la presencia de un tumor, como son:
- Cambios del ritmo deposicional (diarreas, estreñimiento o ausencia de emisión de heces o gases, de forma persistente y sin causas aparentes).
- Cansancio excesivo y pérdida de peso anormal.
- Presencia de sangre en las heces.
Ante cualquier sospecha, se debe consultar al médico para que solicite las pruebas pertinentes que permitan detectar la posible presencia de un tumor, desde la valoración por parte del especialista, a la colonoscopia, diagnóstico terapéutico (cuando se pueden quitar los pólipos); u otras como el TAC toracoabdominal o Pet-TAC.
¿Qué puedo hacer para prevenir su aparición?
Los estudios indican que la mayoría de los casos de cáncer colorrectal se manifiestan de forma esporádica, en personas sin ningún antecedente familiar de cáncer de colon, debido principalmente a factores externos que pueden influir de forma decisiva en el desarrollo de este tipo de tumor. En menor proporción, el desarrollo de algunos tumores colorrectales está favorecido por la presencia de factores genéticos o hereditarios.
Entre los factores de riesgo externos, algunos no son modificables por nosotros, como la contaminación medioambiental, pero en otros, como en la alimentación, si podemos intervenir. Está en nuestras manos concienciarnos de que la incorporación de hábitos saludables a nuestra vida puede ayudarnos a prevenir y a evitar o reducir el riesgo de aparición del cáncer.
Alimentación
El primer factor que debemos tener en cuenta es la alimentación. Los estudios demuestran que el 50% de los casos de cáncer colorrectal se asocian de forma directa a malos hábitos dietéticos y que tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon y de recto. Por lo tanto, debemos llevar una dieta responsable y equilibrada, que nos proporcione los niveles adecuados de vitaminas y de nutrientes, para que nuestro cuerpo se mantenga sano y en un peso saludable. Algunas de las recomendaciones a seguir son:
- Reducir la ingesta de grasas.
- Reducir el consumo de carne roja: según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la carne procesada y la carne roja aumentan el riesgo del cáncer colorrectal en un 18% y recomienda un consumo moderado de unos 50 gramos diarios.
- Incluir fuentes de vitamina D (aunque es tema controvertido) en nuestra dieta, como pescados grasos o productos lácteos, ya que se trata de una vitamina esencial en la reducción del riesgo de cáncer colorrectal cuando se encuentra en los niveles adecuados. También podemos incorporar la vitamina D mediante la exposición moderada al sol o a través de suplementación.
- Aumentar la ingesta de fibra, necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro intestino y esencial para el equilibrio del microbiota intestinal. Podemos encontrarla, mayoritariamente, en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres, todos alimentos altamente saciantes, por lo que la convierte en una gran aliada para mantener un peso saludable.
- Incorporar el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, ya que se ha demostrado tienen un importante papel protector en el desarrollo del cáncer colorrectal. Alimentos como el salmón, las nueces y semillas, el aceite de oliva o los huevos nos pueden proporcionar las dosis óptimas de omega-3.
- Introducir alimentos ricos en vitamina E, C, A, ya que contienen antioxidantes, responsables de evitar el estrés oxidativo de las células. Aunque no está del todo demostrada su función preventiva en estudios poblacionales randomizados, puedes incorporar estas vitaminas mediante la ingesta de frutas como los arándanos, las fresas o las naranjas y de verduras de hojas verdes como la espinaca o la col rizada.
Actividad física
El estilo de vida que llevamos también resulta clave en la prevención. Evitar el sedentarismo e incorporar la práctica de actividad física regular, de intensidad moderada o intensa, puede reducir significativamente el riesgo de padecer cáncer colorrectal y otras patologías. Es necesario moverse con regularidad durante el día, caminar y hacer estiramientos, para mantener nuestro cuerpo activo y sano. Caminar una hora al día ya es algo efectivo en personas de mediana edad.
Tabaco y alcohol
El consumo de alcohol y de tabaco está asociado a la aparición temprana del cáncer colorrectal, por lo que es recomendable no consumir nada de tabaco ni alcohol o reducir su ingesta a un máximo de 1 bebida alcohólica en mujeres o 2 en hombres. Las personas que fuman tienden a desarrollar pólipos de colon más grandes y numerosos. Los estudios han demostrado que el riesgo de desarrollar cáncer de colon por fumar es tan alto como tener un padre, un hermano o un hijo con cáncer de colon.
Los resultados sugieren que los hombres fumadores tienen un mayor riesgo de cáncer de colon izquierdo y las mujeres fumadoras tienen un mayor riesgo de cáncer de colon derecho. El estudio también sugiere que las mujeres que fuman pueden tener un mayor riesgo de cáncer de recto debido al tabaquismo que sus contrapartes masculinas.
(*) estudio publicado en «Archives of Internal Medicine»
Control del estrés
Tener un estado de estrés elevado puede afectar de forma negativa a nuestra salud en general y quizá favorecer el desarrollo de patologías graves como el cáncer colorrectal. El motivo no es del todo entendido, pero puede estar relacionado con una bajada de defensas inmunológicas durante exceso de estrés.
Debemos buscar recursos para controlar nuestros niveles de estrés y solucionar aquellas situaciones que nos lo puedan generar.
Evitar retrasos en su diagnóstico es fundamental
En una reciente publicación canadiense en el British Medical Journal (BMJ 2020; 371 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.m4087) el impacto de la demora diagnóstica en la mortalidad del cáncer se puede cuantificar, e incluso un retraso de cuatro semanas en el tratamiento del cáncer se asocia con una mayor mortalidad en las indicaciones quirúrgicas, de tratamiento sistémico y de radioterapia para siete tipos de cáncer diferentes, incluyendo al colorrectal. Los retrasos diagnósticos, por ejemplo, secundarios a la reciente pandemia de SARS-2/Covid19 han repercutido negativamente en el pronóstico de muchos pacientes con cáncer, incluso en España o la Unión Europea. Las políticas centradas en la prevención o diagnóstico precoz (por ejemplo, el cribado poblacional con test de sangre oculta en heces), además de en minimizar los retrasos en la Colonoscopia o el inicio del tratamiento del cáncer, podrían seguramente mejorar los resultados de supervivencia en cuanto a la población.